Comentario
La situación de la arquitectura o demás artes afines durante el último cuarto del siglo XIX y primero del siglo XX, discurre bajo una atmósfera ciertamente confusa y crítica, pero también renovadora. Durante este período se imbrican y coexisten tendencias diversas, como los historicismos con raíces más o menos románticas, el eclecticismo que no sólo reinterpreta estilos del pasado sino que los reúne y mezcla obteniendo un estilo original, o el simbolismo que llega a confundirse a su vez con un arte nuevo emergente, pudiendo ambos desencadenar el estallido expresionista o una variante más racionalista de la arquitectura moderna venidera. Por esta interferencia de corrientes, presente hasta cierto punto en nuestro actual y peculiar fin de siglo, surge en torno a 1900 el referido Art Nouveau. Este se apoya en los estilos pretéritos, pero también se fundamenta ya en otros criterios estéticos que acabarán por superar aquéllos; podrá ser efímero en derivaciones que se agotan por falta de creatividad, pero sin duda llegará a ser un peldaño más en la escala ascendente de la Historia del Arte.
El término Art Nouveau, que nos recordaría el nombre de la tienda que el comerciante Samuel Bing abriera en París (1895), es quizás el más aceptado y universal, si bien los diversos países han denominado a este estilo de manera distinta y variada con el tiempo, al que han aportado además sus propias peculiaridades estilísticas y materiales: Modern Style, en el foco de la Gran Bretaña, que contribuye a cimentarlo tempranamente; Secession, en el foco de Viena; Jugendstil, en el foco de Alemania; Liberty, término inglés adoptado por Italia; Modernisme, en Cataluña... No obstante, para esclarecer este panorama aún más propenso entonces a la confusión, pudiera ser útil pensar que -al margen las denominaciones- una obra será más modernista -término usado en España- en la medida que respete mayor número de pautas contenidas en el siguiente decálogo, a saber: 1º) transformación creativa de los estilos tradicionales, de los que se parte con la ayuda algunas veces del renovador del neogótico y estructuralista Viollet-le-Duc ("Dictionnaire...", 1854-68; "Entretiens..."; 1863 y 1872), para, a continuación, transgredir y alterar cualquier norma preestablecida en los tratados históricos; 2º) por el contrario, creación de un vocabulario modernista propio a cargo de nuevos diseñadores, de un universo temático inspirado fundamentalmente en la Naturaleza, de la que se extraen formas matrices en trance de abstracción (estructuras carnosas o flameantes, sinuosidades musicales, elementos geométricos tridimensionales o que nacen, se desarrollan y mueren en constante metamorfosis), caso de Walter Crane ("Line and Form", 1900), Eugene Grasset ("Méthode de composition ornementale", 1905) y de tantos arquitectos o colaboradores que aportan su gusto personal a veces influidos por la estética japonesa ("Le Japon Artistique", 1888, publicado en alemán, inglés y francés por el mismo Bing); 3º) preferencia y oposición de esta lógica orgánica frente a los objetos prefabricados en serie y originados en la Revolución Industrial; 4º) aceptación a cambio del trabajo artesanal honrado y humanizado de ascendencia medieval, empalmando con la tradición prerrafaelista y con sus mentores John Ruskin ("Seven Lamps of Architecture", 1849) y William Morris, quien, pensando que "no podemos confiar nuestros intereses respecto a la arquitectura a un número de hombres instruidos", realiza con sus amigos (P. Webb, E. Burne-Jones) su propia Red House (1859; Kent) y avala el movimiento Arts & Crafts; 5°) integración por lo tanto de todas las artes (arquitectura, escultura, pintura, vidrieras, muebles, lámparas, vestuarios, utensilios que llegan a influir en el estado de ánimo del usuario) en un todo orgánico de cuidado diseño y que recordaría el arte total wagneriano; 6°) adaptación así del uso de materiales pétreos o ferrovítreos de etapas anteriores, que no solo se adecúan ahora a necesidades no oficiales, sino que pueden dejarse sinceramente vistos, estableciendo una ecuación estructura = función = ornamento y haciendo que la obra, perfectamente acabada desde el interior hasta la azotea, se engaste en el tejido urbano y en cualquier parte de la ciudad como una joya; 7º) realización personal como obra de autor (Casa Tassel en Bruselas, 1892-93, de Victor Horta; Casa Bloemenwerf en Uccle, 1895-96, de Henry Van de Velde; Escuela de Arte en Glasgow, 1896-1909, de Charles R. Mackintosh; Caja Postal en Viena, 1904-06, de Otto Wagner) y colaboradores en talleres (Glasgow, Nancy, Uccle), frente a los grandes equipos o firmas norteamericanas tipo Escuela de Chicago; 8º) promoción o aceptación en general por parte de una adinerada aristocracia y burguesía de gusto progresista (Ernst Ludwig, que promueve la Colonia de artistas de la Matildenhöhe en Darmstadt, 1900-07, obra de J.M. Olbrich; A. Stoclet, que posibilita su Palacio, 1905-11, a J. Hoffmann en Bruselas), por lo que conseguirá las mejores obras de un estilo artesanal necesariamente caro y, sin embargo, nacido en teoría para todos (Morris); 9°) valoración por gran parte de la sociedad como un arte snob, de refinada melancolía, decadente e inacesible salvo excepciones raras de promoción oficial (Metro en París, 1900, de Hector Guimard) o comercios públicos (grandes almacenes, farmacias, etc.); 10º) difusión y divulgación relativa no obstante a través de revistas ("Pan", "Jugend", Alemania; "Pel i Ploma", "Joventut", "Hispania", Barcelona; "The Studio", Inglaterra; "Ver Sacrum", Viena), o en exposiciones (Turín 1902). Teniendo en cuenta estas características identificadoras, el modernismo europeo podrá estudiarse según metodologías diversas y personales, siendo común y arriesgado el contraponer un modernismo organicista (Bélgica, Francia) a otro más geométrico y rectilíneo o protorracionalista (Glasgow, Viena), puesto que en todos los países coexistirán varias tendencias, desde Centroeuropa (caso de Checoslovaquia, con obras tan distintas como las de O. Polivka -Edificio Topic en Praga, 1904- y J. Kotera -Casa Distrito en Prostejov, 1907-) hasta nuestra geografía más próxima.